2004 fue el año del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), el año de las exposiciones del Fórum de las Culturas y el año de Cosmocaixa: un buque insignia con poco pasaje todavía, unos fuegos artificiales muy vistosos y un gran escaparate desaprovechado.
Después de 25 años, ha llegado para el MNAC la hora de investigar, difundir, crear exposiciones y mejorar las colecciones. Por ahora, el público no ha acabado de responder con el entusiamo que se esperaba. En segundo lugar tenemos Cosmocaixa, una apuesta millonaria que ha dado un resultado arquitéctonico espectacular, pero que presenta una propuesta museística que no pasa de ser apetecible [que no passa de laminera] y curiosa. La tercera gran apuesta museística del año 2004 fueron las exposiciones del Fórum, concebidas a base de encargos millonarios. Si en este país hubiera una política museística concertada entre todas las administraciones y coordinada con las fundaciones de las cajas [de ahorro], cuyo deber de servicio público hay que recordar, quizá todo el dinero de Cosmocaixa y quizá todo el dinero del Fórum hubiera podido servir a la sostenibilidad, diversidad y pacificación del mapa museístico catalán.
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