Burgos, la leyenda crece: rincones, plazas y callejas de sabor singular. Hermosos parques e iglesias cargadas de olor a vela e incienso. El Burgos milenario respira historia por sus cuatro costados y un cierto sabor a antigua leyenda
págs. 28-36
El mundo marino de Julio Verne, aula del Mar de Luarca: la villa asturiana de Luarca atesora uno de los museos marinos más importantes de España. Sus 350 metros cuadrados reúnen un total de 400 espacies entre las que destacan calamares gigantes, tortugas, cetáceos...
págs. 56-57
Por tierras de Sigüenza y Atienza, un parque temático de la Edad Media: con la mirada perdida en el esplendor de su pasado medieval, estas dos ciudades del norte de Guadalajara delimitan una comarca que busca opciones de futuro a la sombra de castillos de leyendas y rústicos templos románicos
págs. 58-67
Puebla de Guadalupe, devoción y tradiciones entre montañas: la historia de Puebla de Guadalupe, en Las Villuercas cacereñas, está ligada al santuario de la Virgen Morena, patrona de Extremadura. En torno a él creció una localidad de callejas bellamente adornadas, artesanái y arquitectura popular
págs. 68-74
El Duero, el río de Castilla (I): los primeros doscientos kilómetros atraviesan las provincias de Soria, Burgos y Valladolid. Navegamos por sus aguas para descubrir cómo ha sido testigo y protagonista de su historia, imprimiendo su caracter en paisaje y paisanajes
págs. 76-84
A la vera del río Andarax: en las faldas de Sierra Nevada nace el Andarax, a cuyas orillas se levantan típicos pueblos blancos de La Alpujarra almeriense que fueron testigos de las luhas entre árabes y cristianos, y el apogeo que trajeron los viñedos
págs. 86-90
Por la costa de Prat de Cabanes-Torreblanca: surcado por marjales y dunas, el Parque Natural de Cabanes-Torreblanca, en Castellón, sorprende por su tranquilidad y ausencia de construcciones, un privilegio para ornitólogos y amantes de las playas vírgenes que invitan al paseo en cualquier época
pág. 93
Complementos de baño en barro, y a mano: Alberto Andrés, ceramista mallorquín, comenzó en un taller de Zaragoza a hacer sus creaciones. Éstas le llevaron a San Mateo, una localidad cercana donde ahora se dedica a elaborar piezas de baño a mano, cálidas y auténticas
págs. 98-100
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