Altamira: revista del Centro de Estudios Montañeses

• 

  Año 1974, Número 1

  • Linajes vascos en Cantabria

    José Manuel de la Pedraja

    págs. 5-47

    

  • El libro de fábrica de la ermita de Santiago en Aldea de Ebro (1618-1873)

    Fernando Barreda y Ferrer de la Vega

    págs. 49-57

    

  • La Hermandad de Valdeprado (Merindad de Campóo).

    A. Rodríguez Fernández

    págs. 59-83

    

  • Historia del barrio de Santa Lucía, en Santander (2ª parte)

    María del Carmen González Echegaray

    págs. 85-105

    

  • Aproximación al estudio de los monasterios montañeses: problemática y localización

    Rogelio Pérez-Bustamante

    págs. 107-119

    

  • Notas sobre la decadencia de Laredo en la segunda mitad del siglo XVI

    Manuel Vaquerizo Gil

    págs. 121-137

    

  • Documentos de interes para la historia de la "Provincia de Liébana".

    Manuel de Arce Vivanco

    págs. 139-149

    

  • Semblanza afectiva de don Hermilio Alcalde del Rio

    R. Velarde Bustamante

    págs. 151-154

    

  • Los primeros años de la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega

    Aurelio García Cantalapiedra

    págs. 157-168

    

  • La cakiletea maritimae en Cantabria: paisaje vegetal de las playas santanderinas

    Enrique Loriente Escallada

    págs. 169-174

    

  • El monte Saja: interesante enclave entomológico

    Arturo de la Lama Ruiz-Escajadillo, José Jaime de la Lama López-Areal

    págs. 175-181

    

  • Datos para la historia de la Montaña, en los siglos VII y VIII

    Rogelio Pérez-Bustamante

    págs. 183-193

    

  • Lazos históricos literarios de Cantabria con las Islas Afortunadas

    Manuel Pereda de la Reguera

    págs. 195-204

    

  • Viaje circular por la Montaña llevando por lazarillo el verso de Gerardo Diego

    Antonio Martínez Cerezo

    págs. 205-211

    

  • El Marqués de Quintanilla, gentilhombre y agente secreto de Carlos VI

    Isidoro Vázquez de Acuña

    págs. 213-257

    

  • Santander y la Sociedad Española de Historia Natural

    Benito Madariaga de la Campa

    págs. 257-263