El Sahara Occidental fue territorio español hasta febrero de 1976. La ocupación española del territorio saharaui iniciada en 1884 y confirmada por los Tratados internacionales franco-españoles de 1900, 1904 y 1912, respondió a un principio geopolítico básico: el de evitar que ninguna potencia europea tuviese el control físico de un territorio como el saharaui, situado enfrente de las costas españolas de las Islas Canarias
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