La poesía chilena del último tiempo ha asistido a un complejo proceso de mutaciones disciplinarias. Uno de los procesos más interesantes tiene que ver con la incorporación al "canon poético" de recursos de producción y estrategias discursivas propios de las llamadas ciencias sociales (sociología, antropología, historiografía), provocando un efecto de inestabilidad e hibridaje en los saberes y disciplinas, en los mecanismos de conocimiento y representación de la realidad y en los discursos que los constituyen. En este contexto, el artículo analiza la noción de "poesía situada", de Enrique Lihn, y sus indagaciones (pseudo)sociológicas y antropológicas.
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