Oscar Acosta, Fransec Torrejón, José Antonio de Miguel
No es cierto que el Balanced Scorecard sea un modelo estratégico que sólo puede aplicarse en grandes empresas. A través de tres experiencias reales se muestra como el BSC ha permitido a firmas tan diversas como Hoya Lens Iberia, el Ayuntamiento de Mataró y a Arenque Multimedia lograr los objetivos que se habían propuestos La teoría sobre el Balanced Scorecard (BSC) muestra que hay que definir objetivos, establecer su relación causa-efecto hasta cuantificar y controlar su desarrollo para cuantificar el valor financiero. Ahora bien, las cuatro perspectivas que exige el BSC hay que plasmarlo en la realidad. Para demostrar su eficacia hemos recurrido a la exposición de tres experiencias reales de empresas e instituciones españolas.
Uno de ellos es el caso de Hoya Lens, una empresa especializada en la fabricación de lentes ópticas, cuyo objetivo es gestionar y comunicar su estrategia a toda la organización. Otro caso es el de Arenque Multimedia, una compañía que desarrolla su actividad en el área de la Tecnología de la Información y de las Comunicaciones, que opto por este modelo para optimizar los procesos reflejados en los sistemas de gestión. Y por último presentamos el caso del Ayuntamiento de Mataró que buscaba un modelo de gestión municipal eficiente orientado al ciudadano.
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