El presente trabajo refiere las reflexiones acerca de la disfuncionalidad educativa de la evaluación del aprendizaje constatada en investigaciones realizadas con profesores de diferentes niveles educacionales. La evaluación del aprendizaje es marcadamente cuantitativa, acreditativa, no participativa, fundamentalmente sumativa, externa, por resultado y no procesal, tradicional por su forma y contenido. El carácter no democrático e impositivo del estilo pedagógico de comunicación se pone en evidencia constantemente en el propio acto evaluativo y sin dudas es una representación de la ¿violencia¿ escolar si entendemos por violento toda aquella imposición a la que son sometidos los educandos sin que puedan cambiar fácilmente dicha situación. La evaluación se mantiene como un instrumento de poder con el que el docente puede manipular el proceso educativo en detrimento de su función educativa. Se mencionan aspectos sociales, institucionales y pedagógicos que influyen en la existencia de tal concepción evaluativa y se ofrecen recomendaciones para el mejoramiento de tal situación escolar.
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