A mediados de los 80 la Comisión de las Comunidades Europeas había enfatizado la necesidad de adaptar las prácticas agrarias a los requerimientos de protección del medio ambiente. La agricultura, un sector que había escapado a la mayor parte de controles medioambientales aplicados a otros sectores de la economía, por primera vez es considerada como una actividad que al igual otros sectores, potencialmente contaminantes, debería aparecer sujeta a controles públicos diseñados para evitar el deterioro del medio ambiente. Desde mediados de los 80 surge una agenda agroambiental con el objetivo de reducir la contaminación causada por los efluentes de la ganadería, fertilizantes inorgánicos y pesticidas. El primer acercamiento regulador de la contaminación agraria estuvo fundamentado en pagos compensatorios realizados a los agricultores por abstenerse de contaminar. En los años 90, bajo un segundo acercamiento, en consonancia con el principio' "quien contamina, paga", el costo de las medidas necesarias para reducir la contaminación agraria pasa a los productores. Este artículo analiza la transformación de la regulación agroambiental en UE, desde la negación del problema de la contaminación agraria a la imposición sobre la agricultura de la ciase de controles limitantes de la actividad en otros sectores.
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