Andrés Ríos Lavandeira, Antonio Peñalver Martínez
Los autores se preguntan si el Departamento de Formación y Desarrollo de una empresa tiene carácter estratégico en la organización y se responden que, si no lo tiene, lo debería de tener. Pero, para que así sea depende de muchas variables. En líneas generales, dependerá de la credibilidad que esta función haya generado como creadora de valor para la organización.
El Departamento de Formación y Desarrollo tiene tres objetivos básicos: Contribuir activamente a la gestión del cambio, a los objetivos de negocio y a la gestión del talento. Si consigue cubrirlos, estará inmerso en proyectos estratégicos en los que será considerado como motor y generador de tendencias. Pero, para ello, antes tiene que desarrollar una estructura avalada por la organización y unas capacidades visibles interna y externamente, que le permitan conseguir los objetivos marcados, así como desarrollar una mayor independencia frente al resto de departamentos, incluido el de Recursos Humanos.
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