La Geoestadístíca puede utilizarse para estudiar la distribución espacial de poblaciones de plagas cuando la variable utilizada (como el número de capturas en trampas de feromonas) es regionalizable. En este caso, puede realizarse una descripción de la distribución espacial a pequeña (parcela) o gran (zona) escala más precisa que la que se obtiene con los índices de dispersión, lo que permite optimizar el método de muestreo y las medidas de control a adoptar, precisar el momento de superación del umbral económico de daños para realizar los correspondientes avisos a los agricultores y estudiar algunos aspectos de la ecología de la plaga, como los patrones de dispersión entre hábitats. El uso de SIG permite completar el análisis mediante la comparación de la distribución espacial con otras variables que pueden representarse gráficamente.
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