En la segunda mitad del siglo XVIII, el trabajo de la lana, el lino y el cáñamo se concentra poderosamente en la Cataluña central. El término de Voltregà es el mayor productor de tejidos de lana de la Plana de Vic en esta etapa preindustrial. A partir de 1760 aparecen signos de crisis, a pesar de que Voltregà destina recursos a construcciones suntuarias. El Gremio de Pelaires y Tejedores voltreganés se desbarata completamente entre 1870 y 1810. Los prohombres, los propietarios agrícolas y los trabajadores seguirán caminos distintos en el tránsito de la manufactura a la industria moderna. El término se fracciona en tres municipios. La proletarización de los artesanos los subordina a los controladores en condiciones de miseria. El municipio de artesanos se convierte durante la primera fase de la industrialización en una población de obreros que vivirán pobremente de las nuevas fábricas del canal del Ter
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