El envejecimiento de la población generará problemas presupuestarios en el futuro por la necesidad de cubrir los pagos por pensiones de los jubilados. Dada la elevada tasa de propiedad, en el futuro se experimentarán problemas derivados de la existencia de riqueza inmobiliaria y la reducida capacidad de compra de las pensiones, lo que distorsiona el mercado desde la demanda. El artículo propone una nueva visión de la vivienda como fórmula de financiación de las pensiones.
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