Las teorías del mundo de la vida se abren con la historicidad de la realidad. Pero la pregunta por la historia descubre también los limites de los conceptos correspondientes. Se discuten las dos teorías del mundo de la vida de procedencia fenomenológica más influyentes en Filosofía y en las Ciencias sociales respectivamente, la de Husserl y la de Alfred Schütz.
La primera respeta el carácter histórico de la realidad, al excluir la absolutización del sujeto empírico y la fijación kantiana de las determinaciones categoriales. Sin embargo, el método fenomenológico pone entre paréntesis la concreción de la historia. Todavía en su teoría tardía del mundo de la vida Husserl busca un fundamento en la figura del yo absoluto fundante.
Es con lo que rompe Schütz. Como sociólogo focaliza el mundo en su mundaneidad, extrayendo la consecuencia de que el atenimiento husserliano al yo trascendental eleva su pretensión de validez sólo en los limites de la pregunta epistemológica por la fundamentación y el aseguramiento del conocimiento. Pues Schütz sigue buscando un fundamentó universal de la constitución subjetiva del mundo, que no esté incluido en el contexto histórico de los condicionamientos de lo real. En los escritos tardíos determina el mundo de la vida como el punto de sostenimiento de la teoría. Pero en vez de concebir el repertorio del saber y las estructuras de la orientación subjetiva en el mundo como el producto de un desarrollo, insiste Schütz en el punto de partida ahistórico del mundo histórico. Pero con el reconocimiento de la historicidad de la realidad se vuelve precario comenzar por las invariantes intemporales.
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