Antiguamente se lanzaba una oferta al mercado y a través del tiempo, la experiencia y el reconocimiento (y algo de publicidad) se convertía en una marca. Hoy, el producto o servicio aportan la base, pero es el consumidor o el momento de uso lo que puede contribuir a diferenciar la oferta.
Este artículo aborda uno de los conceptos de marketing llamados básicos, pero respecto al que no existe ningún tipo de consenso: el posicionamiento. Su autor comienza por exponer algunas malas interpretaciones del mismo y tres tipos de posicionamiento erróneos o poco eficaces para explicar, después, cómo hay que posicionar hoy en día, a través de un proceso en dos pasos.
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