Este artículo reflexiona sobre la relación existente entre ética empresarial y procesos de globalización y concluye que es necesario un nuevo concepto de empresa capaz de realizar las funciones sociales y económicas que la globalización exige.
La distinción entre ética y moral sirve para reflexionar sobre los límites de las diferentes interpretaciones de la Responsabilidad Social de las Empresas. Frecuentemente las empresas afrontan la "triple cuenta de resultados" sin integrarla realmente en la gestión empresarial, sin diálogo con sus srakeholders y en una perspectiva guiada por consideraciones exclusivamente estratégicas. Se defiende que la RSE supone una gestión integrada económico-social y ético-estratégica.
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