Las enseñanzas de la Iglesia católica sobre ética empresarial tienen su referencia prencipal en la orientación de toda la actividad de la empresa a las personas y al bien común. La empresa en concebida como una cominidad de personas dónde las personas han de poder desarrollarse al servir a la sociedad proporcionando adecuados bienes y servicios. La finalidad de la empresa está en mantenerse como una comunidad que lleva a cabo esa misión de servicio. Los beneficios son enteramente necesarios, pero no son el fin absoluto de la empres. en el trabajo y en su organización, así como en el consumo y en las transacciones comerciales ha de respetarse la primacía de las personas sin reducirlas a meros instrumentos de producción y respetando sus derechos. Directivos y empresarios han de asumir sus responsabilidades sociales y tratar de vivir en la empres las virtudes propias de un cristiano.
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