Ante los desafíos de la globalización es recomendable un escenario de integración y solidaridad que uno de fragmentación y conflicto, porque es más humano, más social y más acorde con la dignidad de pueblos y personas. Además, la fragmentación supone, o bien el "todos contra todos" o bien la aceptación de una hegemonía. Pues bien, la unión de los pueblos puede hacer la fuerza, para que de facto se respete el derecho, también el de los menos poderosos.
Ante los desafíos de la globalización es recomendable un escenario de integración y solidaridad que uno de fragmentación y conflicto, porque es más humano, más social y más acorde con la dignidad de pueblos y personas. Además, la fragmentación supone, o bien el "todos contra todos" o bien la aceptación de una hegemonía. Pues bien, la unión de los pueblos puede hacer la fuerza, para que de facto se respete el derecho, también el de los menos poderosos.
Ante los desafíos de la globalización es recomendable un escenario de integración y solidaridad que uno de fragmentación y conflicto, porque es más humano, más social y más acorde con la dignidad de pueblos y personas. Además, la fragmentación supone, o bien el "todos contra todos" o bien la aceptación de una hegemonía. Pues bien, la unión de los pueblos puede hacer la fuerza, para que de facto se respete el derecho, también el de los menos poderosos.
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