Con el juego no vale jugar: es un asunto muy serio. Porque por medio del juego, el niño explora e interpreta el mundo que le rodea. Mientras juega se conoce a sí mismo y la manera de relacionarse con el entorno. Gracias al juego, el niño se expresa y experimenta sin desorganizarse, porque en el juego puede avanzar pausadamente, teniendo el control de la situación
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