La rápida integración de China e India en la economía mundial ha provocado un crecimiento de los flujos de inversión y un desplazamiento de la actividad manufacturera mundial hacia aquellos países. La preocupación por la deslocalización, que es el resultado lógico del progreso económico, es creciente. Para Europa, el reto no consiste en frenar la deslocalización de ciertas actividades, sino en promover políticas que refuercen la innovación y el espíritu emprendedor. Asimismo, las empresas deben reflexionar sobre su estrategia global en el nuevo escenario y reconfigurar su cadena de valor, localizando cada actividad donde puedan potenciar sus ventajas competitivas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados