Las unidades de vigilancia intensiva pediátricas y de recién nacidos comportan la atención tanto del niño como de,los padres. Esto implica el esfuerzo conjunto de las personas relacionadas con la UVI.
Así como nos esforzamos para mejorar nuestros diagnósticos, planes de ciudados, etc., también hamoe s de prestar atención a mejorar nuestra actitud compasiva hacia los niños y las familias, con plena convicción de la validez de cada persona. Hemos de ser capaces de hablar y escuchar a los niños y familiares, y de estar con cada uno de ellos en cada momento. Se han de tranformar nuestros hospitales y unidades de vigilancia intensiva, para que sean receptivos a las necesidades especiales de los niños y familiares en esta época crítica.
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