Abordo en este trabajo un esbozo de las dificultades de la Compañía de Jesús para instalarse en Andújar a comienzos del siglo XVII y pese a ser la heredera universal de los bienes de D. Francisco Pérez de Vargas, quien al fallecer, los dejo expresamente a dicha institución religiosa con el mandato de construir un colegio en esta ciudad. Comienzo haciendo un bosquejo de Andújar en esta época~ pasando a explicar someramente las dificultades de la herencia y presentando la figura del Padre Andrés de Cazorla, encargado de clarificar la dote, poner en marcha el colegio, levantar el edificio y edificar la Capilla y obedeciendo así el testamento. Desde 1612 hasta 1629, el Padre Andrés de Cazorla trabaja tenazmente con los vecinos que tenían arrendadas las tierras, con el Cabildo Municipal empeñado en dar el colegio a los Teatinos, con el Obispado deseando cobrar por las obras que no se realizan aún y con los herederos que se consideraban injustamente tratados por el propio D. Francisco. Y todo para lograr el colegio que fue un realidad en el viejo solar de la ermita de Santo Domingo basta la expulsión de los Jesuitas en la segunda mitad del siglo siguiente. Labor ardua la de este jesuita, oriundo de Priego de Córdoba, trasladado desde Montilla, formado en la escuela avilista, autor de obras teológicas y que en Andújar realizó durante unos 18 años una ingente labor en bien de este colegio. Acabo con algunas anotaciones referidas a fuentes documentales.
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