A efectos analíticos se construyen dos visiones contrapuestas de factores culturales: la que debe predominar en una escuela a fin de fortalecer el desarrollo de las destrezas intelectuales básicas y, en oposición, aquella cuya presencia frena su desarrollo. El trabajo directo con docentes en aulas de Mérida, evidencia una cultura que se opone al desarrollo de las destrezas intelectuales básicas, aun existiendo las condiciones óptimas de recursos y asistencia pedagógica. El reto de la escuela es crear una cultura escolar que transforme paulatinamente los valores de la gran sociedad, sustentada en el desarrollo de destrezas intelectuales básicas, como un medio para resquebrajar el círculo vicioso de una educación precaria y la pobreza.
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