Introducción. La enfermedad de Alzheimer (EA) causa una demencia de curso progresivo. Hasta ahora, la investigación se ha dirigido primordialmente al estudio de sus fases precoces, predemencial y de demencia leve o leve a moderada, con objeto de encontrar tratamientos para curarla o, al menos, detener su progresión. Es cierto que los nuevos tratamientos cognitivos son modestamente efectivos, pero la realidad es que numerosos pacientes llegan a padecer una EA avanzada, que provoca numerosas alteraciones cognitivas y conductuales que, a su vez, conllevan todo tipo de problemas personales, familiares y sociosanitarios. Objetivos. Este trabajo revisa la evolución de la EA, la duración de sus estadios, la velocidad del curso de la enfermedad y la supervivencia de los pacientes. A continuación, se define la EA avanzada, se describen sus características clínicas y la discapacidad funcional que causa, y se analizan los test y escalas que deben utilizarse para medir la progresión del proceso y la efectividad del tratamiento en la fase tardía de la EA, diferentes de los empleados en las fases precoces. Todo ello permite analizar los resultados de los ensayos clínicos realizados con memantina, un antagonista del receptor NMDA (N-metil-D-aspartato), de la que se revisan sus características farmacológicas y su utilización en la práctica diaria. Finalmente, se refieren los tratamientos sintomáticos clásicos que se suelen utilizar en la fase avanzada de la EA para controlar los frecuentes e intensos trastornos conductuales que causa la enfermedad. Conclusiones. La fase tardía de la EA requiere nuestra atención, porque numerosos enfermos la alcanzan y permanecen en ella durante mucho tiempo, lo que ocasiona considerables trastornos personales y sociales. Ya existen escalas y test adaptados a estas fases tardías de la EA que permiten evaluar al paciente, controlar la evolución de la enfermedad y determinar la efectividad de los tratamientos. En este sentido, la memantina, el último medicamento aprobado para esta enfermedad, se ha mostrado eficaz para tratar los enfermos que padecen una EA avanzada. Este medicamento se ha añadido a los diversos medicamentos clásicos bien conocidos, como neurolépticos, antidepresivos, ansiolíticos y otros, con los que se puede conseguir disminuir el trastorno conductual de estos pacientes y mejorar su calidad de vida y la de sus cuidadores.
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