El Renacimiento fue testigo del crecimiento de una mentalidad que hizo de la astrología, la alquimia y la magia matemática un refinado sistema de conocimiento acerca del mundo. Tomadas como piezas de una disciplina más amplia, estas ¿ciencias ocultas¿ daban como hecho que el mundo sublunar estaba sometido a la influencia de las estrellas. Bajo esta lógica, los cuadrados mágicos eran construcciones que se creía atraían y utilizaban los poderes sobrenaturales propios de los números y de las configuraciones que éstos adoptaban en los cuadrados, ya que reflejaban sus relaciones con las ¿ideas divinas¿ de número. Este artículo presenta algunos de los argumentos utilizados por C. Agrippa en su De occulta philosophia para explicar el uso de los cuadrados mágicos como vehículos de la magia matemática, es decir, como receptáculos de influencias estelares y como talismanes.
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