A partir de la consideración del municipio como la instancia más directa de participación del ciudadano en sus responsabilidades democráticas, una de las cuales es el compromiso con políticas solidarias, los ayuntamientos pueden asumir, en e ámbito específico de la cooperación, el papel de colaborador con las entidades locales de países del Sur. Este tipo de cooperación comenzó a tener reconocimiento internacional en la década de los ochenta; también en España comenzó crecer de forma importante en esos años. En 1995 se creó la Confederación de Fondos de Cooperación y Solidaridad. Los fondos de cooperación gestionan los recursos económicos que las entidades locales que los forman destinan a la cooperación con el Sur. El artículo termina con algunos datos extraídos de un estudio realizado en Cataluña, destacando las dimensiones de la ayuda, los sectores y algunas tendencias
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