Este artículo presenta un caso raro de estomatitis aftosa recurrente mayor, que era rebelde a múltiples terapias tópicas y sistémicas. Finalmente, se seleccionó la talidomida, a pesar de sus bien conocidos efectos adversos potenciales, con la que se logró remitir las úlceras. Se siguieron estrictos protocolos clínicos para esta terapia en colaboración con numerosos profesionales sanitarios. Este caso ilustra la capacidad de colaboración de múltiples profesionales médicos y de salud oral en el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de un paciente con enfermedad vesiculoerosiva oral.
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