J. Millán Pascual, R. Morales Camacho, Juan Jesús Rodríguez Uranga, F. Villalobos-Chávez, Fátima Carrillo García, E. Franco Macías
Introducción. En la neurorradiología de los linfomas cerebrales se describen dos formas de crecimiento: lesión en masa, única o múltiple, con captación homogénea de contraste, e infiltración difusa. La citometría de flujo permite diagnosticar un linfoma no Hodgkin B cuando se detecta clonalidad B; habitualmente, esta técnica se utiliza sobre muestras de sangre periférica o de médula ósea, pero puede usarse en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Caso clínico. Mujer de 68 años que ingresó por confusión y hemiparesia derecha de instauración rápidamente progresiva en días. La resonancia magnética (RM) de cráneo mostró una lesión infiltrativa difusa, sin captación de contraste, que abarcaba los núcleos basales izquierdos, la sustancia blanca frontal izquierda, la rodilla del cuerpo calloso y la sustancia blanca frontal derecha. El LCR mostró una ligera pleocitosis (20 células/mL) y una marcada hipoglucorraquia (10 mg/dL). La citología sólo objetivó linfocitos, sin datos de atipicidad. La citometría de flujo detectó células grandes mononucleares B, con fenotipo CD19 + CD20 + CD10-l, propio de un linfoma no Hodgkin difuso de células grandes B. El curso clínico fue rápidamente fatal; progresó a hemiplejía izquierda y coma, y la paciente falleció a las dos semanas del ingreso. Conclusiones. En casos de linfoma cerebral, particularmente cuando el patrón neurorradiológico es de infiltración difusa y existen anomalías licuorales, la citometría de flujo en el LCR puede ser diagnóstica y evitar otros procedimientos invasivos cerebrales sobre lesiones que habitualmente tienen una localización profunda y mal definida.
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