Adoración I. Martínez López, A. Romero Parreño, Josefina Grueso Montero, Mauro Gil-Fournier Carazo, Aníbal Tovaruela Santos, Aurelio Cayuela Domínguez, Jose Ángel García Hernández, Cristina Montero Valladares, M. Loscertales Abril
Introducción y objetivos. Este estudio se realizó para determinar los factores de riesgo que pueden influir en la mortalidad precoz después de la corrección anatómica.
Pacientes y método. Entre enero de 1994 y octubre de 2003 intervenimos a 78 pacientes; 48 (61,5%) eran transposiciones simples, 29 (37,2%) presentaban asociada una comunicación interventricular y 1 tenía una anomalía de Taussing-Bing. Se analizaron la edad y el peso en el momento de la intervención, el cierre o no de la comunicación interventricular, la anatomía coronaria y los tiempos de circulación extracorpórea, la anoxia miocárdica y la parada circulatoria. Evaluamos la relación entre estas variables con los tiempos de ventilación mecánica, la estancia en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y la mortalidad.
Resultados. De los 78 niños fallecieron 7 (9%). En 14 (17,9%) se cerró, además, una comunicación interventricular. Los que presentaron una arteria coronaria intramural (n = 3, 3,8%) o tenían un orificio coronario único (n = 5, 6,4%) fueron los que tuvieron una mayor mortalidad (4/8, 50%) (p < 0,05). En 53 niños (68%) se realizó parada circulatoria; el tiempo de parada se correlacionó de forma directa tanto con las horas de ventilación mecánica (r = 0,3; p < 0,05) como con los días de estancia (r = 0,3; p < 0,05).
Conclusiones. Las variantes más complejas en la anatomía coronaria se asociaron con un mayor riesgo de muerte precoz. La duración de la parada circulatoria influyó en los tiempos de ventilación mecánica y en la estancia en cuidados intensivos.
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