Ha sido afortunado el recíente abandono de la «teología natural» por la «filosofía de la religión»: ésta es más respetuosa de lo específico religioso y más genuina filosofía. Debe venir tras otros abordajes (historiográfico, sociológico, fenomenológico). Puede subrayar «religión » (bien como teoría globalizadota de las explicaciones científicas, bien como complemento hermenéutico de la fenomenología). Si, más bien, subraya «filosofía», será empirista, «idealistaobjetiva » o «idealista de la libertad» (tipos de Dilthey). Su cultivo es buen antídoto de fanatismos de uno u otro sentido.
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