Más allá o más acá de modas y trivializaciones, no hay duda de que la posmodernidad «da que pensar» en el sentido de que para muchos es sospechosa de ciertas connivencias y proclividades rechazables por non sanctas. Es también indudable que la posmodernidad «da qué pensar», ofrece cuestiones y cuestionamiento que no pueden dejarse de lado sino que son materia de reflexión y de tematización. En este segundo aspecto quiero exponer en este artículo un «surtido de cuestiones» que a mi entender son típicamente filosóficas y que, si bien no son exclusivas del movimiento posmoderno, han sido puestas de relieve de forma peculiar por los pensadores defensores de o etiquetados con esa denominación.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados