Una cosa es la emoción representada en la palabra y otra distinta la emoción vivida, que precede a la palabra. Aunque precede, no es un dato natural y originario, sino algo que emerge en la relación, en la interacción, siempre en un contexto social. Más allá de los presupuestos dualistas y cartesianos, es necesaria una teoría social de las emociones que destaque todas las dimensiones implicadas. La experiencia emocional, que obedece a las razones del corazón, está siempre constituida por la mediación de los otros
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados