Andrés Gil Imaz, Luis C. Barbero González, María Pilar Mata Campo, Juan José Villalaín Santamaría, Antonio María Casas Sáinz, Guillermo González Suárez
El análisis de datos paleomagnéticos, inclusiones fluidas, perfiles de sísmica de reflexión y huellas de fisión, unido a los datos geológicos de base existentes ha permitido interpretar la Cuenca de Cameros como una cuenca sinclinal con un nivel de despegue (situado en el Triásico superior en "facies Keuper") que la separa del zócalo Paleozoico, en el cual se sitúan las fallas normales responsables de la formación de la cuenca. Los resultados obtenidos permiten interpretar que el espesor acumulado de depósitos sin-rift está en torno a 8 km en el depocentro de la cuenca, disminuyendo rápidamente hacia el límite norte y de forma más suave hacia el sur. La historia de exhumación de la cuenca cretácica se completé a lo largo de 30 millones de años (Eoceno superior-Mioceno medio) como consecuencia de su inversión tectónica. El ascenso del bloque cabalgante de Cameros, y el depósito sincrónico de materiales detríticos en la cuenca del Ebro, se produjo de una forma escalonada en el tiempo en relación a la superación de sucesivas rampas del cabalgamiento.
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