En 1923 Jean Marie Joseph Capgras describe un caso al que denomina ¿La ilusión de Sosías¿, en el que su principal característica es la convicción delirante del paciente, de que algunas personas de su entorno han sido sustituidas por un impostor, no son reales, sino dobles de sí mismos.
Psicopatológicamente se plantea con frecuencia la controversia sobre si este fenómeno debe considerarse un síntoma aislado o un síndrome con entidad propia.
En este artículo se expone un caso de síndrome de Capgras en una mujer joven.
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