El artículo analiza la tendencia en el comercio internacional que obliga necesariamente a una fuente de especialización flexible, esta especialización debe permitir la innovación continuada, la revisión de los principios de organización en la empresa, la reprogramación de equipos y dadas las actuales exigencias del consumidor, la certificación de la calidad. En este contexto la primera dificultad que nos encontramos en el caso andaluz es la secular orientación local del tejido empresarial, la segunda radica en la dimensión media de la empresa en nuestro país, y en Andalucía en particular al ser de reducido tamaño y de baja capitalización. Los ajustes económicos para la adaptación del sistema productivo a la nueva economía serán más costosos en el caso de Andalucía.
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