Durante el mes de octubre la Iglesia católica reconocerá la santidad de Alberto Hurtado que se pasará así a ser el primer chileno reconocido como tal por la Iglesia Universal. Con este reconocimiento se pone como modelo la labor de un jesuita contemporáneo que supo convertirse en un símbolo de la entrega a los demás y del amor a los pobres y necesitados. Su vida como modelo de solidaridad evangélica discurre en tres fundaciones: la revista "Mensaje", la obra "El Hogar de Cristo" y el sindicato Asich. Dos de estas tres facetas de la misma solidaridad permanecen con la fuerza y el empuje con el que su fundador supo dotarlas.
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