En el artículo se analizan las especiales características de las relaciones del reino de Mallorca medieval con los países musulmanes, especialmente con Egipto. El desarrollo de las Cruzadas convierte a Egipto en pieza estratégica de primer orden, con un programa deliberado de aislamiento comercial, cuya intensidad fue deudora de la coyuntura política. Pese a las importantes limitaciones establecidas, existieron contactos comerciales frecuentes con Egipto, desde 1247, y con las plazas conectadas, como Chipre y Rodas. Aunque el Magreb fue el área prioritaria de los intereses comerciales de los mercaderes isleños, Egipto ejerció un significativo atractivo por su oferta de productos como las especies y el algodón de alto valor.
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