La regulación normativa de las obligaciones empresariales en materia de PRL ha supuesto la constitución de los SPA como entidades especializadas en este ámbito. Siete de cada diez empresas han optado en nuestro país por concertar la actividad preventiva con un SPA, lo que convierte a estas sociedades en una pieza fundamental para conseguir los resultados pretendidos en seguridad y salud. La menor intervención del estado, matizada con la regulación de las funciones de las Mutuas como Servicios de Prevención, concede una mejor competencia que elevará la importancia de aquellas empresas que apuestan por aportar a sus clientes valor añadido con la prevención laboral. Los servicios de prevención deben ser capaces de asociar el concepto de seguridad y salud laboral al management empresarial, participando así en la generación de valor por parte de sus clientes.
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