Los filtros de onda superficial o SAW se basan en la piezoelectricidad para convertir la energía que se propaga por la superficie de un cristal en energía eléctrica. Su principal aplicación tiene lugar en diversos sistemas de telecomunicaciones, y especialmente las comunicaciones móviles y por satélite. Para ello aportan una excelente repuesta en lo relativo a fiabilidad, estabilidad y precisión, así como una gran robustez. La evolución de estos dispositivos se dirige fundamentalmente hacia la aceptación de mayores frecuencias, así como de las dimensiones. La electrónica de consumo es un área en expansión.
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