Para la reconstrucción de un sector posterior mandibular atrofiado se han propuesto diferentes opciones terapéuticas, como el injerto de hueso autólogo, la regeneración ósea guiada para el aumento vertical del reborde, y el desplazamiento del nervio dentrio inferior (NDI) con colocación simultánea del implante. La posible deshicencia de los tejidos que cubren la zona quirúrgica hace que la primera y la segunda técnicas sean impredecibles. Además, se necesitan dos localizaciones quirúrgicas y un tiempo largo de tratamiento (cerca de 12 meses). Con el desplazamiento del NDI sólo se requiere una intervención quirúrgica y el tiempo total de tratamiento es más corto (cerca de 6 meses). Sin embargo, esta técnica tiene el riesgo de dañar de forma irreversible el NDI, con las consiguientes alteraciones funcionales. Estudios actuales han demostrado una variabilidad extrema en la exploración de la funcionalidad del haz vasculonervioso, después de su desplazamiento. Esta variabilidad suele atribuirse tanto a la metolodología empleada para las pruebas, que provoca respuestas subjetivas del paciente, como al procedimiento quirúrgico, que depende ligeramente de la técnica del cirujano. La lesión nerviosa puede ser el resultado de un colgajo mucoperióstico con sobreestiramiento en la zona premolar como para conseguir una visibilidad óptima de la zona quirúrgica. Este artículo describe un caso en el que se ha empleado un dispositivo diseñado de forma especial para simplificar la cirugía ósea (Mectron Piezosurgery). Este dispositivo permite al cirujano cortar tejido duro sin dañar los tejidos blandos. De este modo, existe menos riesgo de lesionar el NDI, y es posible reducir el sobreestiramiento del nervio mentoniano creando una pequeña ventana en hueso y utilizando una inclinación apicocoronal de los instrumentos para capturar el paquete vasculonervioso.
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