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Resumen de Terquedad política y responsabilidad histórica de ARENA y del FMLN

  • Los dos partidos grandes, a juzgar por sus actitudes, están determinados a llevar la confrontación política hasta sus últimas consecuencias. Desde hace ya algún tiempo la han adoptado como medio privilegiado para resolver sus diferencias sobre las cuestiones de la vida nacional que tratan. Los dos partidos pequeños de derecha se hacen eco de esta confrontación, mientras que el centro no tiene fuerza política como para hacerse sentir. La confrontación entre los partidos de derecha e izquierda sube de tono durante los largos periodos preelectorales ?y el país se encuentra en uno de esos periodos largos, desde finales del año 2002, primero por las elecciones legislativas y municipales de marzo de 2003, inmediatamente después siguieron las presidenciales de marzo de 2004 y ahora vuelven otra vez las legislativas y municipales de marzo de 2006. De esta manera, el país ya lleva sumido en esta dinámica más de tres años seguidos, la cual impide que los políticos consideren con objetividad aquello que conviene al bien común. ARENA cuenta con la valiosa colaboración de las grandes empresas mediáticas para lanzar ataques de desgaste contra su adversario; mientras que el FMLN tiende a utilizar la protesta y el desorden callejeros con el mismo fin. Los dos aprovechan la plataforma que les brinda la Asamblea Legislativa para medir sus fuerzas y para lanzarse mutuas recriminaciones e insultos.

    La raíz de esta nefasta estrategia de confrontación está en la dinámica electoral y en la guerra civil inconclusa. El poder que antes se disputaron con las armas, ahora se lo disputan en las urnas. En efecto, los dos partidos calculan desgastar a su adversario y, de esta forma, acumular votos a su favor, en las elecciones legislativas y municipales de 2006. Los dos luchan encarnizadamente por hacerse con el control de la próxima legislatura: ARENA para gobernar desde el poder ejecutivo sin ningún obstáculo, es decir, para ejercer un poder absoluto, y el FMLN para obligar a aquél a aceptar sus propuestas políticas ?o al menos, para asegurarse el veto, en las decisiones legislativas más importantes, de lo cual piensa derivar un importante poder para negociar con el poder ejecutivo. Por otro lado, no se puede descartar que el endurecimiento de las posiciones de este último partido, al extremo de parecer intransigente, obedezca, tal vez de una manera inconsciente, a la necesidad de justificar ante su voto duro la pérdida de las elecciones presidenciales de 2004 y su reducido poder para la maniobra política de oposición eficaz.


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