Las tasas de acreción registradas en el Parque Nacional Las Tablas de Daimiel son muy elevadas (2,38 ± 1,93 cm año-1) comparadas con las de la mayoría de los humedales. La distribución espacial de la acreción depende de las características topográficas del lecho, de la profundidad y del desarrollo de la vegetación, y es mayor a la entrada reduciéndose de manera significativa hacia la zona terminal del Parque. Se aprecian diferencias en el depósito en función de las características hidrodinámicas y bióticas existentes en cada zona del humedal, dominando los limos en las zonas de canal y las arenas en las zonas estancadas (someras o profundas) con o sin vegetación. Existe una marcada tendencia estacional de la sedimentación con valores máximos durante los meses de otoño e invierno, cuando son mayores los aportes procedentes de la descomposición de los macrófitos emergentes. Los sedimentos acumulados presentan un alto contenido en materia mineral autóctona (31-57 %). La mayor parte de la materia orgánica depositada se genera dentro del humedal (45-65 %) y procede principalmente de la vegetación emergente. La materia mineral autóctona puede proceder de una rápida mineralización de los restos orgánicos depositados y/o de la precipitación endógena de calcita, que se presenta como la fase mineral más abundante. Una simulación de la evolución sedimentarla del humedal indica su posible desaparición, de continuar las condiciones actuales, en los próximos 100 años
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