Sébastien Dupuch, El Mouhoub Mouhoud
Los procesos de construcción de la Unión Económica y Monetaria (UEM) y de la ampliación de la Unión Europea (UE) de 15 a 25 miembros se han desarrollado sin un esquema mínimo institucional en lo que se refiere a las políticas presupuestarias comunes. El logro del Mercado Único Europeo y la introducción de la moneda única dieron la primacía a la idea de que, junto a una política monetaria independiente aplicada por el Banco Central Europeo, la coordinación de las políticas presupuestarias descentralizadas podría asegurar las condiciones económicas óptimas para la UEM. La ampliación de la Unión Europea a los países de la Europa central y del este (PECE) ha ampliado la heterogeneidad de los miembros de la Unión. En este artículo, examinaremos el tema de la convergencia entre los países del Sur y de la Europa central y del este, intentando comprobar si la ampliación de Europa a los PECE es probable que aumente las asimetrías. Esta tendencia se refuerza por los patrones de la inversión extranjera directa (IED) en los PECE, la cual tiende a concentrase en un pequeño número de países y en apenas una o dos regiones dentro de cada país. La política de cohesión de la UE debe afrontar este reto. Por último, examinamos la política regional europea tal y como se está actualmente renegociando e intentaremos plantear algunas orientaciones para que resulte ventajosa para todos los Estados miembros en una UE ampliada.
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