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La importancia de la familia en la educación para la salud y la prevención de las drogodependencias

  • Autores: Manuel Isorna Folgar
  • Localización: Agathos: Atención sociosanitaria y bienestar, ISSN 1578-3103, Año 3, Nº. 3, 2003, págs. 52-56
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • español

      Creo que hay una cuestión que como padres/madres debemos plantearnos y es la siguiente: probablemente las personas que en estos momentos tienen enfermedades crónicas con base en el estilo de vida es muy probable que a la edad de nuestros hijos/as no hubiesen consumido ni la mitad de los azúcares que llevan ingeridos ellos, probablemente ninguno era obeso o tenía problemas de sobrepeso a edades tan tempranas, el alcohol (sobre todo las bebidas destiladas) y el tabaco lo conocieron bien entrados en la juventud o incluso en la madurez, el gasto energético en aquellos años era infinitamente superior etcétera. Sin embargo y visto las cifras actuales de enfermos y muertes causadas por estos hábitos, y vista la rendición al hedonismo de las generaciones actuales debemos prepararnos para lo que previsiblemente nos espera a nosotros y sobre toso a las generaciones cercanas a nuestros hijos/as, que van a tener que convivir con muchos más problemas de salud y, curiosamente, casi todos ellos evitables o al menos, prevenibles en muchos de los casos.

    • español

      "Las principales enfermedades crónicas que afectan a las personas con menos de sesenta y cinco años son, en parte, producto de cómo vivimos; esto es, de qué y cómo comemos y bebemos, si hacemos ejercicio físico, cómo manejamos las tensiones diarias, si fumamos o son, etcétera". Este mensaje no debe sonar extraño a los lectores de este artículo (personal sanitario y social predominantemente); además, incluso sabemos las cuatro o cinco reglas básicas para envejecer con buena calidad de vida: comer moderadamente de todo y sobre toso una dieta rica en fibra, no abusar de las grasa ni de los dulces, no abusar del alcohol, beber entre uno o dos litros de agua diarios, realizar ejercicio físico tres o cuatro días a la semana una media de cuarenta o cincuenta minutos, dormir unas ocho horas diarias. Cumplir dignamente con mi trabajo e intentar llevarme bien con mis compañeros/as del mismo, no plantearme tener más que el vecino, y por supuesto no fumar ni consumir otras drogas de forma indebida; ¿Bien ¿! De los lectores de este artículo ¿Cuántos tienen estos hábitos? Probablemente muchos menos de los que deberían, Sin embargo, estoy totalmente convencido de que todos quieren que sus hijos/as sí los tengan o los adquieran: "paradojas de la vida".


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