La figura más representativa del voluntariado en Cooperación Internacional es la del voluntario expatriado, y dentro de ésta es necesario diferenciar dos modelos: aquel que, de manera esporádica, dispone de un breve tiempo para visitar un proyecto ;y por otro lado la persona que se pone gratuitamente al servicio de la ONGD en condición de cooperante expatriado. En ambos casos será trabajo voluntario si se ha asumido libremente y no es remunerado.
Junto a estas características es también necesario valorar lo vocación humanitaria del voluntario y según el modelo, otros rasgos que responderán a las responsabilidades y función específica que van a realizar.
Así mismo, la ONGD ha de mantener una relación de acompañamiento continuado y transparente con el voluntario expatriado y responsabilizarse de su preparación y motivación, haciendo que la distancia en kilómetros no se convierta en una distancia también emocional.
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