Hoy en día, el voluntariado es una realidad multiforme imposible de definir en un solo esquema. Vivimos en un mundo que dice no tener Dios, pero es más que posible que lo que tenga sean dioses distintos al Dios de Jesús. Todo Dios genera un intento de mística en sus adeptos. Las idolatrías marcan hoy el horizonte de una autodefinida increencia que no es tal, sino el seguimiento a realidades tangibles dotadas de trascendencia. Por ello sería bueno plantearse y/o denunciar en qué dioses creemos.
El Dios de Jesús propone una alternativa distinta. Su mística se desarrolla en espiritualidades concretas, entre las que nosostros descubrimos la que llamamos Espiritualidad del Encuentro, caracterizada por la contemplación, la sanación del corazón herido, la donación, la paciencia y la dimensión comunitaria.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados