Jules-Gabriel Verne llegó a considerarse a sí mismo como el más desconocido de todos los hombres. Raro es el autor que escapa a la necesidad de un autorretrato en medio de su propia fantasía, por lo que también en el caso de Verne, bastaría un estudio riguroso de sus personajes para hallar en alguno de ellos los fracasos del autor, sus desengaños y anhelos más profundos. Teresa Núñez analiza en este artículo los rasgos que caracterizaron a Verne y que se ven reflejados en algunas de sus obras.
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