El sexo explícito y la violencia son los únicos requisitos del denominado ero-gore. Más allá, en un sentido estético, queda la libertad del creador. En este punto, Suehiro Maruo, considerado el ¿Sade del comic¿ por ser un maestro de esta tendencia del mundo de la historieta, se decanta por mecanismos de creación vanguardistas, muchas veces vinculados con el surrealismo. La sonrisa del vampiro 2 (Seirindo, 2004) es la última perversión de este autor japonés.
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