La agricultura se caracteriza por el predominio de una forma de producción familiar (es una actividad económica en la cual los nuevos entrantes proceden generalmente de la propia unidad familiar). Es más, el carácter familiar de la actividad agraria se ha acentuado. Por ello, el proceso de sucesión es fundamental para la viabilidad de la actividad agraria.
En Japón, durante las últimas décadas, la conjunción de varios factores ha desincentivado a los hijos de los agricultores para continuar con la actividad agraria: la erosión del sistema "ie", las atractivas oportunidades de empleo extraagrario, la inadecuada dimensión económica de las explotaciones, etc. Como consecuencia, el porcentaje de agricultores que cuentan con un sucesor trabajando en la explotación es muy bajo. Los agricultores que carecen de sucesor son profundamente pesimistas, se sienten obligados a trabajar en la agricultura indefinidamente, pero carecen de incentivo y motivación para expandir su explotación.
Esta investigación analiza el problema de la crisis de sucesión en la agricultura japonesa. Asimismo, examina la visión de los agricultores en torno a su situación presente, así como su opinión sobre el problema de la sucesión.
En el plano metodológico, fueron realizadas entrevistas en profundidad a 24 agricultores en la localidad japonesa de Asahikawa.
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