En este artículo se analizan dos funciones que cumplen las paremias en la Primera parte de El Quijote (1605): apoyar que la verdad no es una sino múltiple, integrada por múltiples visiones; y servir de portección para el autor, ya que quien las enuncia no es el sujeto si no su tradición, su comunidad lingüística; así, Cervantes pudo expresar ideas que, de otro modo, no hubieran podido librar la censura.
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