Marc Budim, Jesús de Juan, Roland Loehner
La fuerte irrupción de China en el escenario del comercio mundial amenaza a la industria latinoamericana en tres frentes críticos: el mercado local, el mercado exportador y el fl ujo de inversiones extranjeras. Para hacer frente a la nueva competencia y aprovechar las ventajas que China ofrece, ya no basta con confi ar en un tipo de cambio favorable o mano de obra barata. Se requiere crear ventajas competitivas que se sostengan a largo plazo.
Para ello es necesario evaluar primero la vulnerabilidad de la empresa o el sector en que usted opera desde cuatro perspectivas: tipo de producto (¿qué tan susceptible es de ser exportado desde China?), diferencia de costos (no se quede sólo en la mano de obra directa y tome en cuenta también los costos de los socios y proveedores), estructura de la competencia china (¿existen ya líderes con capacidad exportadora en ese sector en China o es una industria con productores fragmentados?), y acceso a los mercados (¿tiene el competidor acceso a su base de clientes?).
Una vez determinada la situación de su empresa o sector, la estrategia de fortalecimiento dependerá del nivel de riesgo en el que se encuentra y de los factores que generan la vulnerabilidad. Las acciones a tomar se encuadran en dos grandes áreas: retomar el liderazgo de costos, lo que puede incluir traslados de operaciones a lugares más ventajosos; y generar valor diferenciado a través de la calidad del producto, una gestión más activa de la cadena de suministros y la creación de marcas.
Además, los ejecutivos de la región no deben olvidar que China no sólo es un llamado de alerta para volver a sus empresas más efi cientes y competitivas, como lo demuestra el caso del fabricante brasileño de bicicletas Caloi, sino que también representa una oportunidad de negocios. Varias empresas mexicanas, por ejemplo, han aprovechado a China como fuente de suministro de productos de bajo costo o como mercado exportador.
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